EL DÉFICIT HABITACIONAL
EN GUATEMALA
A nivel internacional se define el déficit habitacional como los hogares sin vivienda. Una primera aproximación cuantitativa del déficit corresponde a la diferencia entre la cantidad de hogares y el inventario de vivienda, sin embargo, este comprende las, que aún alojando a familias, no llenan las condiciones mínimas en términos de salubridad y seguridad. En ese sentido, la problemática se aborda desde la perspectiva de ausencia de alojamiento y de la calidad del mismo, es decir, cuantitativa y cualitativamente.
En general, se considera que el déficit cuantitativo estima la cantidad de vivienda adecuada requerida para que exista una relación de uno a uno entre el parque de vivienda, respecto de la cantidad de hogares. A este respecto, debe hacerse mención, que en general, y por definición, el alquiler no se considera como forma de déficit cuantitativo, en tanto no se dé el fenómeno de hacinamiento, toda vez que, aunque el hogar no posea en propiedad una vivienda, existe una unidad en la que ese hogar pueda alojarse.
Por otra parte, la problemática ahonda sobre la calidad. El déficit cualitativo, estima la cantidad de unidades a las que se deben realizar intervenciones para mejorarlas y con ello convertirlas en vivienda digna. Incluye el parque de vivienda de mala calidad que puede ser recuperada.
Del sexto censo de habitación y vivienda realizado en el año 2002, el déficit de vivienda alcanzó un total de 1.02 millones, de los que alrededor 400 mil unidades corresponden a déficit cuantitativo, en tanto que las restantes 600 mil unidades corresponden a un déficit de calidad de las viviendas existentes. Sobre las cifras, se deben hacer las consideraciones siguientes:
Se considera como déficit cuantitativo:
• Viviendas inadecuadas, o que se consideran como unidades irrecuperables
• Cuartos en casa de vecindad.
• Casas improvisadas.
• Vivienda adecuada no propia
• Casas alquiladas
• Casas cedidas o prestadas
• Otra forma de no propiedad
Por su parte, el déficit cualitativo, considera los siguientes aspectos:
• Los Ranchos: son viviendas construidas con materiales de la región, barro, paja, lepa, palo o caña; siendo el techo de paja o palma y el piso de tierra.
• Viviendas de mala calidad:
• Área urbana: paredes de mala calidad o sea de bahareque, lepa, palo, caña u otro material; así como las que teniendo pared de ladrillo, block, adobe, madera o lámina metálica, piso de tierra.
• Área rural: paredes de mala calidad y que posean piso de tierra.
• Viviendas hacinadas: son aquellas que tuvieran más de tres personas por cuarto, excluyendo baño y cocina.
Las proyecciones indican que el problema en el año 2012, pudiera alcanzar hasta 1.7 millones de unidades, concentrándose la mayor parte del déficit cuantitativo en el departamento de Guatemala, y el déficit cualitativo principalmente a hogares en condiciones de pobreza y pobreza extrema en el área rural.
El crecimiento anual de la población de Guatemala es mayor a 2.5% y el promedio de integrantes por hogar es de 5.1 personas, con lo cual podemos estimar que la cantidad mínima de viviendas nuevas que deberíamos construir como país para que el déficit no siga aumentando, es de 60 mil viviendas al año. Esto sin considerar que uno de cada tres hogares habita en una vivienda no apta.
Según el último censo, el stock de vivienda aumentó a un ritmo mayor que los hogares, principalmente en el área urbana. Dejando de manifesto la alta capacidad del país, tanto del sector formal como del informal en cuanto a la producción de viviendas sin embargo, a pesar de esto, el déficit cualitativo sigue aumentando.
El déficit cualitativo se concentra mayoritariamente entre las poblaciones de bajos ingresos, quienes viven en comunidades que carecen de los servicios básicos públicos y habitan viviendas de mala calidad de construcción. Este déficit puede solucionarse a través del mejoramiento sin requerir cantidades adicionales de suelo.
En la actualidad, la mayor parte de la población carece de capacidad económica y tampoco tiene acceso al crédito hipotecario para acceder a las viviendas más económicas ofrecidas en el mercado. Es por ello que la mayoría de las familias en nuestro país resuelven su problema de vivienda construyéndola ellos por su propia cuenta. Aun así es notable que la mayoría de los hogares vivan en vivienda propia, lo cual evidencia que la vivienda forma el principal patrimonio familiar.
Existen diversas causas que han dado origen a este problema, que comprende diversos factores tales como el uso de materiales de construcción inadecuados, piso de tierra, condiciones de hacinamiento, falta de un título de propiedad, personas no sujetas a créditos, ausencia de acceso a redes de servicios públicos, y otros. Sin embargo, una solución integral para paliar el déficit habitacional debe incluir políticas públicas que contribuyan a que las familias puedan satisfacer sus necesidades de vivienda de una forma digna y mecanismos que les permitan ser propietarios de la misma.