Las Reformas fiscales que entraron en vigencia en enero han frenado inversiones inmobiliarias; el sector de la construcción reporta pérdidas de empleo.
ANACOVI: “El sector está paralizado”
El presidente de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (ANACOVI), Pelayo Llarena Cobos, lamenta que las reformas al impuesto sobre la renta (ISR) hayan frenado las inversiones en proyectos nuevos y detenido muchos que ya estaban avanzados. El Gobierno ha comprendido que las nuevas normativas han tenido efectos desastrosos en el sector, prometiendo que se harán las correcciones en el Congreso de la República. “Sin embargo no se ha hecho nada (al tres de mayo) y con esa incertidumbre no podemos arrancar los proyectos, lo cual es lamentable porque el déficit habitacional del país es alto (1.6 millones de viviendas); además, se han perdido muchos empleos directos”, agrega Llarena Cobos.
El sector de la construcción casi está paralizado. Miles de trabajadores de este gremio han perdido su trabajo porque las empresas desarrolladoras, por un lado, han detenido muchos proyectos iniciados en años pasados y, por otro, los nuevos que estaban en fase de inicio, también han sido suspendidos. El motivo, según empresarios y analistas, es la confusión y complejidad de las reformas fiscales que entraron en vigencia el uno de enero del presente año y que han distorsionado y desmotivado las inversiones.
Aunque algunos artículos de esas normativas han sido suspendidos temporalmente por la Corte de Constitucionalidad (CC), el daño ya está hecho. En consecuencia, estiman que este será uno de los peores años para el sector, con efectos negativos en el empleo y la recaudación fiscal.
El presidente de ANACOVI añade que esa incertidumbre fiscal no le pone un costo verdadero a los proyectos y, así, nadie se va a lanzar a invertir; “es una tristeza”manifesta.
El empresario comenta que el año pasado, cuando ya el sector estaba lastimado, se construyeron alrededor de 21 mil casas formales por medio del Instituto de Fomento de Hipotecas Aseguradas (FHA), pero este año habrá una caída aunque se hagan las enmiendas. Respecto de 2007, la caída será más notoria pues ese año se construyeron unas 45 mil viviendas que aunque fue una cantidad alta, fue baja en comparación con el déficit del país.
Es relevante destacar que si en el transcurso del año el Congreso hace las correcciones que el Gobierno ya aceptó, de todas maneras la construcción no se reactivará de inmediato. “Tomará varios meses en generar confianza y compromiso de los desarrolladores de arrancar con los proyectos”, indica.
A juicio del presidente de ANACOVI, sería hasta en 2014 cuando haya una reactivación de la industria. Al hacer un análisis del empleo, Llarena Cobos señala que más de 50 mil puestos de trabajo se han perdido sólo en el primer cuatrimestre.
El año pasado, que no fue de los mejores, se crearon cerca de 350 mil empleos directos contra miles de oportunidades más que se suman en el transporte, alimentos, etcétera. “Es una cadena gigantesca la que se beneficia con un sector de la construcción dinámico pero en las condiciones actuales eso no se puede ver”, dice.
Los dardos fiscales
El presidente de ANACOVI explica que han sido cuatro los puntos de la Reforma Fiscal que tienen casi de rodillas a la industria de la construcción.
En primer lugar, deben pagar impuesto sobre la renta sin antes haber vendido las propiedades. El cálculo es anual, sin importar si tuvieron ganancias o pérdidas. Por ejemplo, una empresa que en un año hace los cimientos y los sótanos de un edificio, no puede tener utilidades en ese período pero tiene que pagar impuestos; todo tiene que contabilizarse como pérdida porque no hubo ventas, precisa.
Explica que en el segundo año probablemente termina la construcción, pero es hasta en el tercero cuando termina y se comienza a recibir el dinero de las ventas. Por lo tanto, con las reformas, desde el comienzo de una construcción se tiene que pagar el impuesto. “Aprobaron estas reformas, de golpe, sin escucharnos”, expresa. Al ritmo que se va, será hasta el otro año que se reiniciaría con más vigor el sector y esto es lamentable por tanta necesidad de proyectos y de empleo; lamenta Llarena Cobos.
Otro punto que paraliza al sector son las rentas presuntas, porque las leyes obligan a las empresas desarrolladoras a anticipar utilidades y pagar impuestos sobre esas supuestas ventas; “eso no puede ser, porque no se puede pagar impuestos sobre algo que no se ha percibido”, precisa.
Y lo más lamentable es que si los desarrolladores estiman que obtendrán cierto monto de ingresos y al final logran mejores dividendos, serían perseguidos penalmente. Este punto está en manos de la CC pero aún no ha resuelto.
Las leyes también afectaban los negocios de traspaso de bienes, pero esa parte ya fue suspendida por la CC.
Finalmente, el cuarto punto que detiene la construcción es la venta de propiedades usadas. Por ejemplo, si alguien quiere vender un apartamento en la zona 14 en US$100 mil pero en ese mismo sector hay otro apartamento con similares medidas que se cotiza en US$200 mil, el cálculo de impuestos tiene que hacerse con base en el más caro. Esto porque el fisco puede decir que el que cuesta US$100 mil no tiene un precio real de mercado. La CC analiza este caso y no ha resuelto su inconstitucionalidad (al tres de mayo).
“Reformas desincentivan al sector”
El analista y consultor en temas tributarios, el Lic. Mario Archila, coincide con Llarena Cobos. Explica que las reformas encarecen su cumplimiento de esa manera, se desincentiva la industria de la construcción. Señala que las normas exigen información detallada con tal frecuencia que se hace oneroso su cumplimiento, en términos financieros.
Luego viene la falta de certeza en su cumplimiento debido a que no es fácil saber qué hay que hacer y, mucho más difícil aún, saber qué es lo correcto de hacer.
Los artículos 34 y 35 del impuesto sobre la renta colocan al contribuyente en una posición de tener que pagar este impuesto sin una base real, porque se debe calcular por el avance o sin costo, lo que en cualquier caso, tendría que cumplirse sin apego a la realidad. “Y, mientras tanto el sector construcción esté deprimido, las personas más necesitadas no tendrán ingresos, lo cual afecta a todos los demás sectores de la cadena” sentencia Archila.
Agujero en el fisco
Adicional al efecto negativo que las reformas ya tienen en la industria de la construcción, también el fisco sufre, pues en los primeros cuatro meses del año el erario público ha dejado de percibir en impuestos cerca de Q985 millones, precisa el consultor.
Más informalidad
En suma, Archila considera que las consecuencias de las reformas fiscales se traducirán en más desempleo y menos inversiones en el sector de la construcción, como resultado se incentivará la economía informal y habrá menos ingresos para el Estado. “Sin certeza,probablemente no tengamos nuevos proyectos y el riesgo de ajustes en los existentes detendrá inversiones”. El consultor cree que para devolver la confianza, lo ideal sería derogar las leyes y aprobar otras de fácil cumplimiento y que ademásincentiven las inversiones y el pago de impuestos.
“Violan principios constitucionales”
Álvaro Mayorga Girón, presidente de la Asociación Guatemalteca de Contratistas de la Construcción (AGCC), comparte los criterios de Llarena Cobos y de Archila. Considera que las reformas carecen de reglas claras para su cumplimiento y violan principios constitucionales tales como la seguridad jurídica, equidad y justicia tributaria y capacidad de pago.
Indica que las distintas actividades económicas tienen un proceso lógico y el Decreto10-2012 no ha previsto estos procesos para aplicación de la tributación. “Lo previsto por la nueva ley no toma en cuenta que la actividad constructiva es compleja y muchas veces a mediano y largo plazo”, precisa.
En la Ley de Actualización Tributaria, Decreto 10-2012, existen dos artículos aplicados exclusivamente al sector construcción, (34 y 35), los cuales hacen imposible la ejecución de proyectos inmobiliarios, puesto que obliga al pago de impuestos anticipadamente, sin haber obtenido una ganancia real del proyecto, agrega Mayorga.
Se obliga a la declaración de ingresos inexistentes, es decir una renta “presunta”. Esto lleva a que se tribute sobre bases irreales; por ejemplo: se anticipa las utilidades sin saber si habrá una ganancia o cuánto se va a generar de la venta del edificio, precisa el presidente de la AGCC. Por consiguiente, señala dicha situación está paralizando el sector, pues muchas empresas no tienen la certeza de cómo manejar sus proyectos.
También explica que impone al contribuyente a registrar “costos” en el momento que se incurren y no por medio de manejo de inventario de unidades para la venta, que es la forma en que deben integrarse.
Finalmente, Mayorga solicitó al Congreso de la República, a hacer las correcciones de manera urgente. “De lo contrario, se verá afectado el crecimiento en la productividad y empleo en todo el país” destacó.